Pandemia de COVID-19 aumentó a más del doble la prevalencia de estos problemas de salud, en comparación con lo observado antes de 2019
Secretaría de Salud | 03 de julio de 2023
La depresión es un trastorno mental caracterizado por disminución del estado de ánimo, sentimientos de tristeza, dificultad para concentrarse y alteraciones en el patrón de sueño y apetito.
En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión; de ellas, uno por ciento son casos severos, revela un estudio realizado en 2021 por los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud, disponible en https://bit.ly/3kbeC29
La pandemia por COVID-19 dejó graves repercusiones en la salud mental y aumentó los problemas psicosociales. “Esto es relevante, ya que los problemas psicosociales tienen alta correlación con la generación de episodios depresivos, que fueron ocasionados por el incremento en los niveles de estrés por el miedo a contagiarse y por el aislamiento social”.
Esta situación ha provocado cambios en la alimentación, en los patrones de sueño y dificultades en el núcleo social; en adolescentes se observa aumento en el consumo de sustancias psicoactivas y actos violentos.
El informe Panorama de la Salud 2021 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muestra que el impacto de la pandemia en la salud mental “ha sido enorme”: la prevalencia de casos de ansiedad y depresión aumentó más del doble en comparación con lo observado antes de la crisis, sobre todo en México, Reino Unido y Estados Unidos.
La Secretaría de Salud, a través de los SAP, el Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental (STConsame) y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), en coordinación con los Consejos Estatales de Salud Mental y Prevención de Adicciones, establecieron como prioridad en el ámbito comunitario y académico, el autocuidado y cuidado de la salud mental, además de la prevención, detección, tratamiento y rehabilitación de padecimientos como la depresión.
Como resultado de la modificación a la Ley General de Salud en el capítulo Salud mental y adicciones, el componente comunitario con atención integral y reinserción psicosocial se convirtió en un pilar para el acceso a servicios desde el primer nivel, y se procura que las personas también ingresen a grupos de apoyo emocional y de autoayuda.